HIPERTERMIA POR LA ANESTESIA

El trastorno farmacogenético del músculos esquelético se presenta como una respuesta hipermetabólicaa los gases anestésicos volátiles a relajantes musculares y a situaciones de estrés. Los síntomas van de leves o moderados hasta crisis fulminantes. La enfermedad se hereda con un patrón autosómico dominante. 

SIGNOS: 

Los signos de la enfermedad son: hipertermia, taquicardia, arritmia supraventricular y ventricular, taquipnea, incremento en la producción de dióxido de carbono y en el consumo de oxígeno, ácidos is, espasmo macetero aislado o rigidez muscular generalizada y rabdomiólisis, relacionados todos ellos con una respuesta hipermetabólica. Sin tratamiento, la etapa terminal de la enfermedad se marca por insuficiencia multiorgánica y colapso circulatorio. 

ETIOLOGÍA:

Está causada en la mayoría de los casos por un defecto en el receptor de rianodina, los cambios fisiopatológicos de la enfermedad están originados por un aumento incontrolado de calcio mioplasmático que activa los procesos bioquímicos relacionados con la activación muscular. El agotamiento del ATP afecta a la integridad de la membrana llevando a la hiperpotasemia y rabdomiólisis. Los episodios de esta enfermedad están causados por anestésicos volátiles y succinilcolina. El ejercicio, la emoción y el calor generan momentos de estrés que pueden desencadenar una reacción.

DIAGNÓSTICO:

E diagnóstico temprano de la enfermedad se puede realizar por el incremento del dióxido de carbono en el espirado final. La gasometría arterial revela ácidos is metabólica y respiratoria, lactemia, hipercapnia e hipoxemia.

El diagnóstico diferencial de una crisis fulminante incluye el feocromocitoma esporádico, el síndrome serotoninérgico, el síndrome neuroléptico maligno, la reacción anafiláctica, la crisis tifoidea y la sepsis. 

TRATAMIENTO:

El dantroleno sódico es un antagonista de los cambios fisiopatológicos de la enfermedad y debe estar disponible cuando se administre anestesia general. Ante la sospecha de enfermedad, deberá interrumpirse l administración de agentes desencadenantes y continuar la anestesia con protocolé intravenoso, opiáceos y⁄o sedantes. 

Durante una crisis, se debe administrar dantroleno hasta que el paciente esté estabilizado, la reanimación no con fluídos y vasopresores pueden ser necesarios para estabilizar los parámetros hemodinámicas. El enfriamiento con líquidos intravenosos fríos, hielos tópico o mantas de enfriamiento es esencial para que las temperaturas elevadas no agraven la enfermedad.

A continuación, dejamos un vídeo de la sociedad cundinamarquesa de anestesiología:


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