NARCOLEPSIA
La narcolepsia es trastorno del sueño crónico de origen neurológico, se caracteriza por una somnolencia diurna extrema y ataques de sueño repentino. La prevalencia de la enfermedad en Europa es de 3-5 por 10.000 habitantes.

La narcolepsia se manifiesta en general entre los 10 y los 30 años. Existen dos tipos de narcolepsia. El tipo 1 está acompañada de cataplejía, que es una pérdida repentina del tono muscular, en cambio, la narcolepsia tipo 2 ocurre sin cataplejía.
Los síntomas más comunes son:
Somnolencia diurna excesiva: las personas que sufren narcolepsia se quedan dormidas en cualquier lugar y momento (viendo la tele, comiendo o incluso conduciendo). Estos episodios pueden durar desde unos minutos hasta varias horas y pueden aparecer de forma progresiva o brusca, en forma de ataque de sueño irresistibles.
Crisis de hipotonía muscular (cataplejia): consiste en episodios de descenso brusco del tono muscular, sin pérdida de consciencia. Estos episodios están provocados por emociones fuertes (como la risa, el miedo o una discusión), pueden durar de unos segundos a minutos y puede ocurrir en cualquier músculo. Por ejemplo, cuando te ríes, es posible que tu cabeza caiga sin control o se te doblen las rodillas de repente o incluso puede llegar a producirse una caída al suelo.
Alucinaciones: ocurren generalmente en la transición sueño-vigilia, es decir, al quedarse dormido (alucinaciones hipnagógicas) o al despertarse (alucinaciones hipnopómpicas). En estas alucinaciones el paciente tiene percepciones auditivas, visuales o táctiles irreales.
Parálisis del sueño: es la incapacidad temporal de hablar o de mover las extremidades o todo el cuerpo cuando se está quedando dormido o al despertarse. Estos episodios suelen ser breves (duran apenas unos minutos) y pueden estar acompañados de alucinaciones.
Sueño fragmentado: los pacientes con esta patología suelen presentar con frecuencia despertares durante la noche. También se producen con más frecuencia las parasomnias (sonambulismo, pesadillas hablar en sueños…).
Otros síntomas que pueden aparecer son: sensación de falta de concentración y pérdida de memoria, cansancio y fatiga y trastornos de estado de ánimo y de alimentación.


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