PIEL DE MARIPOSA
Hoy vamos a hablar sobre la piel de mariposa
conocida técnicamente como epidermólisis ampollosa o bullosa (EB), engloba un grupo
heterogéneo de enfermedades raras, hereditarias de la piel. La característica
más visible es la formación de ampollas en la piel de manera espontánea o por
traumatismos mínimos. Se dice que los pacientes que la padecen tienen la piel
tan frágil como las alas de una mariposa. La prevalencia estimada es de 10
personas por cada millón de habitantes.
Clínicamente se
caracteriza por ampollas de erupción espontánea, de contenido serohemorrágico,
que se rompen ante traumatismos mínimos y dejan erosiones de tamaño variable y
cicatrización tórpida. Las lesiones pueden aparecer en diferentes áreas, siendo
las más frecuentes las de las plantas de manos y pies. La evolución de las
lesiones se produce en forma de cicatrices y en ocasiones con importantes
retracciones. A menudo se acompaña de muchas complicaciones, algunas de las
cuales pueden amenazar la vida: importante retraso del desarrollo,
gastrointestinales, oftálmicas, laríngeas, dentales, problemas hematológicos,
sobreinfecciones generalizadas y deterioro del estado general.
Existen treinta subtipos de la
enfermedad, pero pueden agruparse en 3 principales:
-
EB simple: Las ampollas o heridas se producen en la
epidermis, la capa superficial de la piel. Los afectados suelen experimentar
mejoría con el tiempo.
-
EB juntural: Las ampollas aparecen en la zona situada entre la capa externa (epidermis)
y la interna de la piel (dermis). Los subtipos que incluyen van desde una
variedad letal en el periodo neonatal hasta otros que pueden mejorar con el
tiempo.
-
EB distrófica: Las ampollas aparecen en el estrato más profundo
de la piel, la dermis. A medida que las sucesivas heridas van cicatrizando, la
piel va quedándose más tirante y las articulaciones sufren retracciones,
dificultando seriamente el uso de las manos y el movimiento general. También
pueden aparecer ampollas en las mucosas de la boca, los ojos, faringe,
estómago, intestino, vías respiratorias, y vías urinarias.
Actualmente los tratamientos que existen son paliativos. El tratamiento
diario, consiste en realizar las curas de las ampollas y heridas con material
de cura específico para pieles extremadamente frágiles, para así sobrellevar y
tratar el picor, las infecciones, etc. Los tipos de EB más severos requieren
unos cuidados meticulosos similares a los que reciben los pacientes de
quemaduras. El tratamiento básico de las personas con EB es la cura diaria, los
vendajes y el manejo del dolor.
A continuación os dejo un link a un artículo de una revista que presenta un caso clínico de un niño de 9 años que presenta esta enfermedad:
https://www.revistacientificasanum.com/pdf/sanum_v4_n1_a3.pdf




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